Le Pigeonnier de la Comtesse

Nosotros, como las palomas mensajeras que habitaban este palomar, nos ponemos en marcha todos los días desde este punto estratégico de Ramonville. Raro es, ver a la Condesa con sus cahorros de caniche a las horas que nos levantamos. Desde aquí preparamos con minuciosidad el desarrollo del día, nos dan los primeros rayitos de sol en la carita y apretujamos todo lo que podemos los trastos en la mochila. Saludamos con una buena sonrisa a los encargados de abrir la confiserie de la esquina. Esperamos veinte minutos de reloj y los volvemos a ver, pero esta vez vendiéndonos un croissant con su miel recién hechito. Nos trasladamos de nuevo al palomar y nos comemos ese manjar de buena mañana. Cogemos fuerzas, y nos envalentonamos subiendo nuestra primera cuesta. Al principio no podíamos pero con energías nuevas todo se anda. Recordaros que las urracas se han hecho las amas del palomar. Así que de palomas ahora nada.

Nós, como os pombos que viveram este pombal, partimos todos os dias a partir deste ponto estratégico Ramonville. Raro é, ver a condessa com seu poodle Cahorros as horas que se levantou. A partir daqui meticulosamente preparamos o desenvolvimento do dia, dá-nos os primeiros raios de sol no rosto e encolhido tudo o que podemos enfrentar na mochila. Com um bom sorriso saudamos os encarregados de abrir o confiserie da esquina. Esperamos relógio vinte minutos e nós vê-los novamente, mas desta vez com a venda de um croissant com seu mel recém-hechito. Voltamos ao pombal e nós comer a comida de bom dia. Nós pegar forças, e nós envalentonamos a nossa primeira colina. No primeiro, não podia, mas com novas energias tudo a pé. Lembramos que os Magpies fizeram amar o loft. Assim, os pombos agora nada.