Roberto Gonzalez
Pouco Padroeira dos ciclistas
La Pequeña Patrona de los Ciclistas
Hay miles, quizá millones de iglesias, ermitas, capillas y altares que alaban y dan cobijo a otras tantas imágenes de la Virgen María alrededor del mundo, pero ¿cuantas hay que realmente cautiven por la sencillez, la inocencia y el fervor de quienes las levantaron?
La Ermita de la Virgen de la Cuevita, en Artenara , rapidamente llama nuestra atención. Primero, porque al no tener conocimiento previo de tan especial enclave, al decirnos que íbamos a visitar a la Virgen de los Ciclistas y del Folclore, por mucho que mirábamos no podíamos encontrar la ermita.
Hasta que topamos con ella en la misma pared de la montaña.
Cuenta la tradición que varios frailes franciscanos de las expediciones de mallorquines y catalanes, se adentraron por las abruptas barrancadas del lado occidental de Gran Canaria en misión apostólica, llegando a las cumbres con una pequeña imagen de la Virgen María a la que, con auxilio de algunos indígenas catequizados, labraron, cara a los precipicios, una reducida casa de oración donde colocaron a la Señora. Apenas cabían 11 personas. Más tarde, la gran devoción que generó la imagen obligó a su ampliación y mejora, hasta quedar tal y como la vemos hoy.
Al traspasar la pequeña puerta, que sin embargo deja pasar un gran chorro de luz, contemplamos el sorprendente interior, que tiene labrados en roca el coro, el altar, el púlpito y el confesionario.
Nos acercamos para ver el pétreo mobiliario, como no queriendo creer que algo tan sencillo pueda ser tan hermoso. El contraste del colorido de las imágenes y la roca viva es muy grande, y hace que inmediatamente centremos la vista en la pequeña figura de la Virgen, de apenas 80 centímetros de alto y en el crucifijo que la acompaña en la ermita.
A un lado, antes de salir, vemos enmarcada la dedicatoria de dos grandes ciclistas españoles que también rinden devoción a su Patrona, Miguel Indurain y Perico Delgado.
Un precioso rincón que no podemos dejar de visitar cuando estemos en Artenara.
Existem milhares, talvez milhões de igrejas, capelas, santuários e altares que louvam e dão abrigo a tantas imagens da Virgem Maria em todo o mundo, mas quantos realmente cativar pela simplicidade, inocência e fervor dos que levantaram ? O Santuário de Nossa Senhora da Cuevita em Artenara, a nossa atenção rapidamente. Em primeiro lugar, porque ter nenhum conhecimento prévio de enclave especial, nos dizendo que estávamos indo para visitar a Virgem de ciclistas e Folclore, tanto quanto nós parecia não conseguimos encontrar a ermida. Até que lidou com isso na mesma parede da montanha. A tradição conta que vários frades franciscanos das expedições de Maiorca e catalão, penetrado por desfiladeiros íngremes no lado ocidental de Gran Canaria, em missão apostólica, atingindo a cimeira com uma pequena imagem da Virgem Maria que, com a ajuda de alguns indígenas catequizados, esculpido, rosto para as falésias, uma pequena casa de oração onde eles colocaram a Lady. Mal cabem 11 pessoas. Mais tarde, a grande devoção que gerou a imagem forçou sua expansão e melhoria, para ser como o vemos hoje. Ao passar a pequena porta, que, no entanto, deixa uma grande corrente de luz, contemplar o interior impressionante, ele tem esculpido coro rock, o altar, púlpito e do confessionário. Nós nos aproximamos para ver os móveis de pedra, como não querendo acreditar que algo tão simples pode ser tão bonito. O contraste das imagens coloridas e rock ao vivo é muito grande, e faz imediatamente para concentrar os olhos sobre a pequena figura da Virgem, apenas 80 centímetros de altura e acompanha o crucifixo na capela. De um lado, antes de sair, que enquadrou a dedicação de dois grandes ciclistas espanhóis também prestar devoção a seu patrono, Miguel Indurain e Perico Delgado. Um belo canto que não pode perder quando estamos em Artenara.



+10