Conjunto arqueológico de Dzibichaltún y un cenote
Desde Mérida nuestros amigos mejicanos nos llevaron de visita al conjunto arqueológico de Dzibichaltún, donde entramos en contacto con la civilización Maya y vimos nuestro primer cenote. El denominado templo de las muñecas es el monumento más importante, el edificio se asemeja a un pequeño templo construido con grandes piedras sobre la base de una pirámide, al que se puede subir y tiene grandes vistas desde la parte superior. De ahí, una gran avenida con árboles y una especie de obelisco en el centro nos conducen a una pirámide maciza y a un cenote.
Todos los cenotes tienen su origen en cuevas y muchos están conectados formando una enorme red subterránea que los espeólogos expertos pueden recorrer, algunas veces el techo de la cueva se ha caído total o parcialmente, convirtiéndose en lagos exteriores.
En el cenote de Dzibichaltún nos dimos un buen baño en sus aguas frescas y cristalinas, que aliviaban bien del calor de la jornada. Pero el baño sólo era permitido en una parte, pues el extremo opuesto conectaba con un río subterráneo y el visitante podría ser arrastrado hacia el interior.
Alrededor, creciendo sobre las ramas de los árboles había distintas especies de bromeliáceas epífitas, plantas que crecen sobre los troncos de los árboles sin otra fuente de humedad que la atmosférica y un pájaro reloj, de colores brillantes y una cola que se asemeja al péndulo de un reloj descansaba en una rama.


